segunda-feira, 23 de junho de 2008

Mulholland Drive


“Una historia de amor en la Ciudad de los Sueños”
Por Gui Campos

Si a ti te gusta ir al cine para relajar y aprovechar buenos momentos, no asista Mulholland Drive. La película de David Lynch no dejará que tu cerebro relaje un solo segundo, la música te meterá en una atmósfera de cine negro en medio a gángsteres y conspiraciones y su universo surrealista desafiará tu capacidad de comprensión.

En una época cuando ir al cine es sinónimo de entretenerse degustando saladas palomitas, es un placer para algunos gastar un puñado de neuronas en dos horas y media de película, mientras para otros puede ser extremamente incomodo vivir las mismas dos horas y media en un reino donde, a principio, la razón no impera. Pero una cosa es cierta: nadie sale de la sala de cine indiferente.

Más que una película ordinaria, Mulholland Drive cruza la frontera entre los enlatados hollywoodianos y el arte. Definitivamente la huella del director está presente, en lo que se puede llamar de un filme de autor. El mismo autor que estrenó en el cine con el bizarro Hellraiser, luego transformado en película de cultos, exhibida en las sesiones de medianoche.

Mulholland Drive en realidad son dos películas. Una es un thriller de misterio y tiene una narrativa lineal y comprensiva, aunque repleta de surrealismo, con personajes y diálogos raros, decorados minimalistas y una historia envolvente. Pero luego revélase que esa era sólo una parte de la película: que por detrás de eso hay un drama sobre amor, envidia y venganza en el mundo de los sueños de Hollywood, o como bien ha definido el director, que es “una historia de amor en la Ciudad de los Sueños”.

Ella no es una película acerca de sueños. Ella es un sueño. Y con una fidelidad freudiana, cada elemento de ese sueño revela algo acerca de la verdadera historia por tras de la que aparentemente es narrada.

Mucha gente no se da cuenta de que hay otra película, y cada uno sale del cine como si hubiera visto cosas distintas. Como cada detalle es importante para entender lo que ocurre, un minuto de desatención es suficiente para que el espectador pierda el hilo conductor y vaguee al azar en el mundo de sueños y aberraciones de David Lynch.

La película empieza con un accidente de coche en la carretera Mulholland Drive, y del humo sale Rita (Laura Elena Harring), caminando al azar hasta encontrar una casa para esconderse. Ahí conoce a Betty (Naomi Watts), una aspirante a estrella recién llegada a Los Ángeles.

Rita perdió la memoria, y lo único que se acuerda es que ha estado en un accidente y que la están buscando. En su bolso, encuentran varios paquetes de dinero y una llave azul. Al mismo tiempo en que intenta esconderse de los gángsteres sin rostro que buscan por ella, vive con Betty una aventura policíaca en búsqueda de su pasado olvidado.

Después de casi dos horas de película, toda la historia cambia, y en los 20 minutos finales uno intenta desesperadamente encontrar otra vez el hilo conductor, y se ve perdido como quien acaba de despertar y tarda algunos minutos para entender lo que está pasando.

Por debajo del thriller de aventura, Lynch hace una dura crítica a las relaciones interesadas y la búsqueda desesperada para llegar a la fama en el mundo de Hollywood. Él enseña la verdadera apariencia de ese mundo, la que no está delante de las lentes de los paparazo ni en el glamour de las alfombras rojas.

Para comprender la película, o mejor, el sueño, hay que aventurarse por un universo onírico, donde todo está repleto de símbolos, y por cierto Freud se entusiasmaría en pasar horas y horas desmenuzándola en búsqueda de significados ocultos.

Las explicaciones para la película ocupan páginas y más páginas en Internet, y cada detalle que aparece en la pantalla puede dar origen a una teoría distinta, desde las más obvias hasta las más lisérgicas, pero cada una merece la atención, pues nadie sabe que es que hay en la mente insana del director.

Nos envolvemos en el mismo humo donde la película empieza y termina, de donde sale Rita en el accidente y donde se mete Diane en el fin, y cuando vienen los créditos nos sentimos caminando al azar en medio a las nieblas, donde no hay banda ni orquestra, todo es una ilusión. Pero si nos proponemos sentarnos en el diván y buscar entender los significados en ese mundo onírico, podemos pasear por el universo creado por Lynch.

Y una vez ahí, es impresionante mirar hacia arriba y contemplar el cielo. Ver las estrellas, pero como ellas realmente son.

Ficha Técnico-Artística


Tit. Original
: Mulholland Drive (2001)

Duración
: 147 min.

País
: Estados Unidos

Director
: David Lynch

Guión
: David Lynch

Música
: Angelo Badalamenti

Fotografía
: Peter Deming

Reparto
: Justin Theroux, Naomi Watts, Laura Elena Harring, Ann Miller, Robert Forster, Brent Briscoe, Jeannie Bates

Productora
: Coproducción USA-Francia; Les Films Alain Sarde / Asymetrical Production

Género
: Intriga / Drama

Sinopsis
: Betty es una joven aspirante a actriz que llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine. Al alojarse en el apartamento de su tía, se encuentra con Rita, una mujer amnésica que ha sufrido un accidente en la carretera Mulholland Drive. Juntas, deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí.

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